viernes, 28 de enero de 2011

LAS OLAS Y EL VIENTO...


El otro día estaba viendo la edición digital de un diario marplatense, donde mostraban la clásica foto de la segunda quincena de enero. Se podía ver claramente el mar… de gente atiborrada en la misma playa!!

Entonces, una pregunta comenzó a retumbar en mi mente: qué es lo que lleva a toda esa gente a someterse voluntariamente a una variedad de torturas inimaginables?? Tortura visual, auditiva, olfativa y táctil que implica compartir el mismo metro cuadrado de playa que ocho familias más.

Soportar estoicamente la invasión de tropas y tropas de gente que con sus sombrillas chillonas, reposeras, banquitos, tohallones multicolor, esterillas, gorros, sombreros y/o viseras, equipos de mate, bolsos playeros a rayas o con estampado de palmeras, pelotas, paletas, el tejo, los pibes, la abuela, la tía y la madrina, corren raudamente en busca de un minúsculo espacio donde clavar la sombrilla… sinceramente no lo puedo entender.

El olor a mandarina proveniente de la familia vecina, el peligro de las famosas sombrillas voladoras, el clásico pelotazo en el medio del mate recién cebado o que los adorables chiquillos te llenen de arena los “sanguchitos” cuando pasan corriendo, son cosas que definitivamente no estoy dispuesta a soportar en mis vacaciones.

Es que no son acaso las vacaciones para descansar, relajarse y recargar energías para otro largo año laboral?

La verdad es una intriga que me carcome, me encantaría acercarme a algunas de esas personas que deciden compartir  el mismo punto geográfico que 30.000 almas más y preguntarles ¿¿PORQUÉ??

El problema  es que cuando me voy acercando a la multitud y siento que poco a poco la masa me absorbe, no puedo evitar salir corriendo presa del pánico y nunca llego a hablar con nadie.

Así que si alguno de ustedes, mis queridos lectores, son de los que goza de las multitudes playeras, les pido por favor que me cuenten sus argumentos.

Hasta la próxima y felices vacaciones!

La Tana Ribelle


2 comentarios:

  1. Jaja, yo como marplatense padecí más las multitudes de lo que las disfruté. Creo que pienso igual, cuando uno es chico soporta tranquilamente todo ese quilombo. Pero creo que a medida que se hace más grande empieza a pensar que eso no es tranquilidad, ni descanso, ni está cerca del concepto de "vacaciones" de verdad. Porque lo hace esa gente que decide voluntariamente es muy difícil de decir, puede ser por condiciones económicas, porque si te toca el hotel del sindicato enfrente de la bristol y no tenes mucha guita ni para conocer aquarium entónces lo más probable es que te metas ahí los 15 días que te dieron. Por otro lado la Costa Atlántica se está expandiendo mucho, hace unas décadas Mardel era el destino, pero ahora hay para elegir.
    Yo tuve la posibilidad de conocer lugares hermosos en la costa Argentina y la verdad que admito que mardel mi ciudad, no es lo mejor opción en ese sentido, y menos en enero.. por ahí en algún momento cambie, pero por ahora parecen tan terriblemente felices en entre multitudes.
    Saludos.

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