viernes, 28 de enero de 2011

LAS OLAS Y EL VIENTO...


El otro día estaba viendo la edición digital de un diario marplatense, donde mostraban la clásica foto de la segunda quincena de enero. Se podía ver claramente el mar… de gente atiborrada en la misma playa!!

Entonces, una pregunta comenzó a retumbar en mi mente: qué es lo que lleva a toda esa gente a someterse voluntariamente a una variedad de torturas inimaginables?? Tortura visual, auditiva, olfativa y táctil que implica compartir el mismo metro cuadrado de playa que ocho familias más.

Soportar estoicamente la invasión de tropas y tropas de gente que con sus sombrillas chillonas, reposeras, banquitos, tohallones multicolor, esterillas, gorros, sombreros y/o viseras, equipos de mate, bolsos playeros a rayas o con estampado de palmeras, pelotas, paletas, el tejo, los pibes, la abuela, la tía y la madrina, corren raudamente en busca de un minúsculo espacio donde clavar la sombrilla… sinceramente no lo puedo entender.

El olor a mandarina proveniente de la familia vecina, el peligro de las famosas sombrillas voladoras, el clásico pelotazo en el medio del mate recién cebado o que los adorables chiquillos te llenen de arena los “sanguchitos” cuando pasan corriendo, son cosas que definitivamente no estoy dispuesta a soportar en mis vacaciones.

Es que no son acaso las vacaciones para descansar, relajarse y recargar energías para otro largo año laboral?

La verdad es una intriga que me carcome, me encantaría acercarme a algunas de esas personas que deciden compartir  el mismo punto geográfico que 30.000 almas más y preguntarles ¿¿PORQUÉ??

El problema  es que cuando me voy acercando a la multitud y siento que poco a poco la masa me absorbe, no puedo evitar salir corriendo presa del pánico y nunca llego a hablar con nadie.

Así que si alguno de ustedes, mis queridos lectores, son de los que goza de las multitudes playeras, les pido por favor que me cuenten sus argumentos.

Hasta la próxima y felices vacaciones!

La Tana Ribelle


jueves, 27 de enero de 2011

"HAY QUE COMPARTIR..."


Una amiga que tiene una nena de 3 años,  me contaba lo difícil que es enseñarle a los chicos de esa edad a compartir.
Me decía, que a veces vienen amiguitas a jugar a su casa o la nena va a jugar a la casa de compañeritas del jardín y que se arman batallas campales por objetos como juguetes, lugares donde sentarse, la galletita que está en el plato o el vasito en el cual tomar la leche.

En el medio del relato la frené en seco y le pregunté: “y porqué le querés enseñarle a Belu a compartir?”
Mi amiga abrió los ojos grandes, tomó aire como para darme una gran explicación y después de suspirar, me dijo “no se…qué se yo…”

Me pregunto ¿¿Qué es eso de torturar a los pequeños con la ideología que tienen que compartir TODO??  Si de grandes definitivamente no compartimos todo!

Me vas a decir que porque te gusta la casa de tu primo y “hay que compartir”, un día te le aparecés con los chicos, tu marido, el perro, la jaula del loro y las valijas y le decís “me vengo a quedar un tiempito”??
Cuando tu primo logra cerrar la boca y acomodar la mandíbula que le quedó colgando después de tu declaración, y te manda a dar una vueltita por alguna galaxia lejana, qué hacés? Acaso llamás a tu tía y le reclamás que tu primo no te comparte??

Como te gusta el auto de tu vecina, vas y se lo usás?? Ni hablar si en vez de gustarte el auto de tu vecina, te gusta su marido! Te lo prestará un tiempo? Al final de cuentas, “hay que compartir”!

A veces creo que somos un tanto crueles y confusos con los chicos. Se le exige que hagan cosas que después nosotros no hacemos ni locos.

Tengo otra amiga que es la fashion del gurpo y que se compró un vestido alucinante, lo pagó como $1500 y lo piensa usar en el 15 de su sobrina. Pero yo dos días antes del cumpleaños tengo una rave y me gustaría usarlo. Se lo voy a pedir. Total, fuimos juntas al jardín y la seño siempre nos decía que teníamos que compartir!

miércoles, 26 de enero de 2011

SEGUI PARTICIPANDO

Bueno, hoy quiero hablar de un tema que la verdad me molesta bastante. Es el "SEGUÍ PARTICIPANDO" de las promociones, raspaditas y otros yuyos. Lo cierto es que me cae bastante mal sobre que no ganas nada, que encima te digan la famosa frase "seguí participando" (o sus alternativas como "suerte para la próxima", "otra vez será", etc, etc).
Te fulmina la esperanza, te hace sentir un boludo por haberte enganchado en "la promo" y te dan ganas de agarrar a patadas al primero que se te cruza.
Justamente, esa frase poco feliz se utiliza comunmente para expresarle a alguien que no obtuvo lo que pretendía e intrísecamente que tampoco lo va a obtener.
No alberga ni una pizca de esperanza, es una frase por lo menos, funesta.
Yo digo, con tanta creatividad suelta por ahí, tantos cerebros involucrados en las estrategias de marketing, porqué no se les ocurre algo mejor para poner cuando no ganas nada??
Qué tal si ponen frases motivadoras o pronósticos tipo las galletas chinas?
Por ejemplo: "obtendrás lo que tanto anhelas" o "pronto recibirás un golpe de suerte" o "dinero extra viene en camino", al menos así uno se queda pensando que no se ganó el tv de plasma pero ojo! se aproximan cosas buenas a tu vida.
En fin, parece que no se dan cuenta que la vida misma tiene demasiados "seguí participando" como para que encima te lo chanten en la cara una y otra vez.

Bueno queridos lectores, espero que les haya gustado esta primera reflexión y que la enriquezcan con sus comentarios.
Hasta la próxima!

La Tana Ribelle.